AsĂ lo asegura la PolĂcia Federal de Brasil, el cuerpo de seguridad que le sigue los pasos desde que ostentaba un alto cargo en las fuerzas armadas de su paĂs, mucho antes de aparecer en escena en Pontevedra.
El Mayor Carvalho, que para la PolicĂa Nacional empezĂł siendo el surinamĂ©s Paul Wouter (identidad que utilizĂł incluso para simular su muerte hace apenas unas semanas), es sin duda uno de los narcotraficantes mĂĄs poderosos que jamĂĄs han pisado las RĂas Baixas. « Es mĂĄs poderoso que cualquiera de los grandes capos gallegos, y eso es decir mucho« . Palabra de una autoridad de la mĂĄxima relevancia en la materia.
El caso es que el Mayor consiguiĂł maniobrar para salir de prisiĂłn tras ser detenido por el Greco Galicia en el marco de la operaciĂłn Barranca-Bermeja en agosto de 2018.
SiguiĂł organizando envĂos colosales de cocaĂna desde España. Dos años y medio despuĂ©s ya no se cree que se esconda en la mansiĂłn de Jacinto Santos Viñas a los pies del monte Castrove, donde, segĂșn la PolicĂa, se alojaba cuando cerraba tratos con las mafias gallegas. Tampoco en ninguna de sus lujosas propiedades de Marbella ni de Lisboa, Ășltimo paradero en el que se le sitĂșa en la PenĂnsula. De allĂ se esfumĂł a principios de noviembre, cuando explotĂł la operaciĂłn Enterprise. La PolĂcia Federal le quiso poner el cascabel al gato. Y el Mayor no dudĂł en abandonar su centro de operaciones de la capital lusa dejando atrĂĄs 12 millones de euros en efectivo. Minucias para alguien que organiza en menos de tres años alijos valorados en 1.500 millones de euros.
En febrero de 2021, Sergio Roberto de Carvalho deberĂa ser juzgado en Pontevedra por intentar colar 1.700 kilos al lado del citado Santos Viñas y de un puñado de narcos mĂĄs. Interpol le busca por medio mundo. Le sitĂșan en Emiratos Ărabes y en paĂses de la esfera rusa. Parece poco probable que se enfrente a la justicia en la Audiencia. El fiscal Antidroga pedirĂa para Ă©l 13 años de cĂĄrcel, poca cosa si se compara con lo que le esperarĂa si cayese en manos de las autoridades de su paĂs. Los policĂas españoles se tiran de los pelos sabiendo que consiguieron atraparle y meterle entre rejas. No sabĂan bien de su poder.
Ahora ya lo conocen.
Los antidroga brasileños efectĂșan una precisa radiografĂa de la organizaciĂłn liderada por el Mayor. Le sitĂșan en la cĂșspide de un autĂ©ntico cĂĄrtel con mĂĄs de un centenar de personas a su servicio que operarĂan en compartimentos estanco, dando cuentas cada uno de ellos solo a su superior directo.
La primera premisa de Carvalho siempre ha sido eludir una persecuciĂłn por parte de Estados Unidos y su poderosa Drug Enforcement Administration (DEA).
Es por ello que fijĂł su mercado en el igualmente lucrativo Viejo Continente.
Para desarrollar su actividad domina, en primer lugar, las zonas de producciĂłn de hoja de coca y los laboratorios en origen. Tiene control sobre varios puntos clave en distintos paĂses sudamericanos, con flotas de aviones y camiones para los traslados. Paraguay y Bolivia son dos de esos puntos, pero tambiĂ©n PerĂș y Colombia, segĂșn los investigadores.
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